Visitando Las Merindades

Seguimos recorriendo los bellos lugares que nos ofrece  Burgos y hoy llegamos a la comarca de Las Merindades al norte de esta provincia.

Las Merindades es una comarca compuesta por veintisiete municipios y posee una interesante propuesta de turismo rural ideal para una escapada de fin de semana en familia y con niños, dado que la diversión está garantizada.

El paisaje en esta región es realmente privilegiado ya que se alternan montañas, bosques, valles, ríos y cascadas, además de desfiladeros y cuevas.

Una tierra que ha sido habitada por el hombre desde los tiempos prehistóricos y donde es posible descubrir pintorescos poblados. En ellos se destacan tanto sus recursos históricos como antiguas tradiciones que siguen vigentes y habitantes hospitalarios que hacen sentir a los viajeros como en su casa.

Una región donde hallaremos lugares como Poza de la Sal custodiado por su castillo que se levanta sobre una gran roca siendo rodeado de murallas de la época medieval que siguen en pie para protegerlo.

La entrada al pueblo se distingue por su típica arquitectura castellana rural y el río Ebro como protagonistas una vez más con sus magníficas montañas y desfiladeros. Desde allí se llega a la localidad de Oña una bonita villa de callejuelas empinadas con su plaza y su iglesia de San Juan de tradicional estilo gótico que convive con el gran monasterio de San Salvador, fiel exponente de las primeras épocas de Castilla.

Este monasterio es una verdadera fortaleza que guarda en su interior los cuerpos de los primeros condes castellanos. Para llegar hasta él es necesario subir dos escalinatas al final de la cuales hallaremos una fachada de estilo barroca y una espectacular iglesia gótica.

Cada año el pueblo de Oña, en el mes de agosto, rememora la historia de la villa a través de escenificaciones que se realizan en la iglesia donde de revive de forma intensa la historia de uno de los más grandes monasterios que ha existido en Castilla, donde personajes como el rey Vermudo e León, el conde Sancho García y el Cid se suman a una corte fastuosa que representa los reinos hispanos del siglo XI y toman vida nuevamente en bellas representaciones medievales.

Siguiendo la ruta natural que ha trazado el río Ebro llegaremos al corazón mismo de las montañas cantábricas y a la villa de Villarcayo, lugar donde encontraron refugio los cristianos huyendo de los árabes que invadieron la región en el siglo VIII.

En esta villa hallaremos casas nobles donde es posible admirar los escudos de los primeros señores castellanos y siguiendo un poco más adelante llegaremos a Medina de Pomar el castillo de los duques de Frías, donde además se encuentran el castillo de los Velasco y una gran cantidad de mansiones pertenecientes a los nobles de la época.

Nuestra ruta continúa con el marco de un paisaje maravilloso y cercano a las montañas nos recibe la localidad de Espinosa de los Monteros, un sitio que se destaca por su arquitectura de casas magníficas, torres fortificadas y donde se encuentra el castillo de los Velasco, Duques de Frías dominando el poblado.

Una recorrida por la villa nos permitirá disfrutar del palacio del Marqués de Chiloeches, y dos iglesias que la parroquial y la de San Nicolás.

Dejando atrás esta ciudad y siguiendo con un bello paisaje como compañía en el camino llegamos hasta Villasana de Mena, rodeada por montañas y arroyos con gran cantidad de árboles como nogales y robles además de una diversidad de frutales que adornan una arquitectura de edificaciones de estilo románico.

Si seguimos hacia el sur hallaremos Trespaderne y de allí es posible llegar en poco tiempo hasta el conocido poblado de Frías, donde nos recibe su elegante puente y su maravilloso castillo sobre un gran peñasco custodiando la población desde su torre principal. Callejuelas medievales nos mostrarán los rincones más secretos y entre ellos sus casas con solanas y soportales que se alinean prolijamente sobre su calle principal.

Dentro de la comarca de Las Merindades hallaremos bellezas increíbles como la ermita de San Tirsó San Bernabé, perteneciente a la Merindad de Sotocueva. Toda la construcción ha sido tallada en la roca precisamente en un terreno formado por infinidad de cavidades que se conectan entre sí y forman un fantástico complejo kárstico

Un maravilloso recorrido donde la naturaleza conjuga su belleza con la historia y las antiguas tradiciones de todos estos pueblos que con más o menos habitantes forman un núcleo poblacional digno de conocer.

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