Castilla y León y en particular la provincia de Burgos, tiene destinos encantadores para visitar en plan de escapada romántica.
Y enclavada a los pies de los montes Obarenes, entre las comarcas de la Bureba y las Merindades, se encuentra Oña, una villa de origen medieval, declarada Bien de Interés Cultural por la riqueza de su conjunto histórico.
En sus calles se respira ese aire medieval que le dio origen y que aún hoy permanece intacto. Las callejuelas empedradas, las casas de piedra con sus tejados rojos, los restos de muralla o la Plaza Mayor, son los típicos condimentos que debe reunir un pueblo medieval y en Oña están presentes.
Entre su patrimonio histórico-artístico, cabe mencionar:
Monasterio de San Salvador: fue fundado por el conde de Castilla en el año 1011, aquí se puede visitar la iglesia, el museo y el claustro. Este monumento ha sido declarado Bien de Interés Cultural
Iglesia Parroquial San Juan: localizada en la Playa Mayor, de ella destaca su portada gótica y su torre románica. En su torre se encuentra el museo etnográfico, y al costado de la iglesia se encuentran los restos de la muralla el “Arco de la Estrella”.
El Palacio del obispo González Manso y las Casas blasonadas de las familias Alonso de Prado y Díaz del Castillo, son otros de los monumentos de interés para visitar en Oña.
Anualmente durante el mes de agosto, tiene lugar en Oña, un espectáculo de luz y sonido, para recrear por las calles y el interior de la iglesia del monasterio, el pasado medieval de la villa.
Viajar a Oña para vivir una escapada romántica, es un plan recomendado tanto para disfrutar de la historia como del relax que ofrece un destino rural de estas características.