Cañete: típico pueblo de montaña en Cuenca

En el centro de la Serranía de Cuenca, rodeada por montañas, se encuentra la villa medieval de Cañete, el destino que hoy visitaremos.

Cañete es una pequeña población, con un poco menos de 900 habitantes, en donde la naturaleza ha desplegado toda su belleza. Cumbres, barrancos, el río Cabriel y sus afluentes, dotan a esta comarca de un encanto único para disfrutar del turismo rural y de escapadas de fin de semana.

La arquitectura popular, se encuentra muy presente en el casco antiguo de la villa. Casas construidas en piedra y madera con balcones voladizos, son las principales características de este estilo arquitectónico.

El pueblo de Cañete es además dueño de un rico patrimonio históricocultural y artístico. Dentro del mismo, hay que destacar los siguientes monumentos:

El Castillo: situado a más de 1000 metros de altura, el Castillo de Cañete, se encuentra hoy en ruinas.

Construido en roca, esta fortaleza defensiva está formada por cuatro recintos externos y una albacara y tres recintos internos los cuales cumplían funciones residenciales y militares.

La Muralla: de origen musulmán, con 5 metros de altura y construida a mediados del siglo X, es otro de los signos que distinguen a este pueblo como villa medieval.

Las Puertas: la muralla se abre en varias puertas de acceso a la villa. Entre ellas, podemos citar la de Eras, la de San Bartolomé, la del Rey y la de la Virgen.

Por su parte, las Iglesias de Santiago, la de San Julián y la Ermita de la Virgen de la Zarza, son las edificaciones religiosas más destacadas de Cañete, las cuales conforman este rico patrimonio monumental de la villa.

La Plaza Mayor de trazado medieval y el Ayuntamiento, nos conducen a la Puerta de la Sinagoga, un arco que permanece como vestigio de la presencia de la comunidad judía en Cañete.

El Postigo, es un bellísimo paraje natural que conduce al río. El lugar cuenta con variadas especies autóctonas y con una cascada, llamada del “Pozo de la Horca”, siendo esta parte del pueblo, la más indicada para tomarse un relax y disfrutar de la naturaleza.

En tanto, el mirador de la Picota con la imagen del Sagrado Corazón en su cima, es otra de las rutas indispensables para disfrutar en esta pintoresca villa de Cuenca.

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