Escapada romántica en Barcelona

Barcelona es una ciudad cosmopolita y llena de vida, capaz de combinar a la perfección la innovación con su gran riqueza histórica y cultural. Pero también es el marco ideal para disfrutar de una escapada romántica con tu pareja. Y es que la Ciudad Condal ofrece un sinfín de posibilidades que van más allá del típico ir al cine o pasar la tarde entre copas.

Podréis descubrir rincones de ensueño, o vivir experiencias que, no solo os divertirán, sino que darán un toque íntimo y original a vuestra visita.

Además de las visitas obligadas para todo turista, te mostramos algunas de las opciones que Barcelona ofrece a los enamorados.

LOS IMPRESCINDIBLES

Ya sea que visites Barcelona, solo o en compañía, hay ciertos lugares que no puedes dejar pasar. Y si viajas en pareja, seguro que disfrutarás más de la experiencia.

Uno de los legados artísticos más importantes de Barcelona es el que dejó el arquitecto Antoni Gaudí, así que no sorprende que muchos de los edificios más conocidos lleven su firma.

Su obra cumbre, el más visitado a nivel mundial, es la Sagrada Familia. Su original diseño no deja indiferente a nadie, al igual que el interior del templo y su cripta. Si no estás demasiado cansado, sube a una de sus torres, las vistas te encantarán.

La Casa Batlló y la Casa Milà (también conocida como La Pedrera) son dos edificios reconocidos como los máximos exponentes del modernismo catalán y tanto el diseño de las fachadas como el del interior causan un gran impacto visual al visitante.

Otro de los lugares icónicos de Barcelona es el Park Güell. Se trata de otra obra de arte de Gaudí, creada en un entorno donde lo que predomina son las formas imposibles: fuentes, pérgolas, mosaicos de colores, o la Sala Hipóstila y su Escalinata del Dragón.

Y los jardines tampoco se quedan atrás, diseñados para pasear relajadamente o perderse entre los numerosos recovecos que hay por descubrir.

Aunque, sin duda, hay dos cosas que tienes que hacer en el Park Güell: fotografiarte junto a la escultura de la Salamandra y disfrutar de las espectaculares vistas de Barcelona y el mar desde la Plaza de la Natura.

En algún momento de tu visita acabarás paseando por La Rambla, la calle más conocida de la ciudad. Sus 1,3 kilómetros siempre están animados, con terrazas a rebosar y gente contemplando a los artistas callejeros (estatuas humanas, pintores o caricaturistas) o comprando flores en uno de los muchos puestos que existen.

En ella también se encuentran otros lugares representativos de la ciudad como el Mercado de la Boquería, el teatro El Liceo, el monumento a Colón o el Museo de Cera.

Al lado de este último encontrarás uno de los rincones más mágicos y románticos para visitar en pareja: El Bosc de les Fades. Aunque se trata de un bar, al entrar os parecerá estar en medio de un bosque encantado. El local está decorado con árboles, mucha vegetación y personajes fantásticos. Además, con la tenue luz que lo ilumina y el techo lleno de estrellas lo convierte en un sitio idóneo para compartir momentos de intimidad.

Pero no hay que olvidar que Barcelona es una ciudad costera, así que uno de sus mayores atractivos es el mar. No puedes marcharte de la Ciudad Condal sin haber paseado por sus playas y recorrido el Paseo Marítimo en compañía de tu pareja. Este cuenta con un buen número de museos, monumentos y obras artísticas, como la del impresionante «Peix Daurat» (o pez dorado).

Junto con El Port Vell, cuenta con una amplia oferta gastronómica y de ocio: bares, restaurantes, un centro comercial, un acuario y Las Golondrinas. Surcar el mar en una de estas embarcaciones es una de las actividades más típicas de esta zona de la ciudad, pero es difícil resistirse a algo tan romántico como un paseo por el litoral junto a tu pareja.

PARQUES Y JARDINES

En Barcelona existen casi noventa zonas verdes ideales para estar en contacto con la naturaleza y tomarse un respiro después de un día caminando por la ciudad. Además, si tienes en cuenta que, durante el verano, muchos de ellos se convierten en escenarios para celebrar conciertos gratuitos, tienes el romanticismo asegurado.

A continuación te mostramos algunos de los más bellos:

El Jardín de la Tamarita está situado en la parte más alta de Barcelona, en el distrito Sarrià-Sant Gervasi. Nada más entrar, te parecerá haber realizado un viaje en el tiempo, concretamente a la época romántica del siglo XIX. Veréis elementos decorativos de gran belleza por todas partes: fuentes de mármol, macetas ornamentales, estatuas, pequeños estanques y parterres donde predominan los rosales. Desde luego, es buen lugar para pasear sin que nadie os moleste.

Muy cerca de allí encontraréis los Jardines de Pedralbes. Pertenecen al Palacio de Pedralbes y nada más cruzar la puerta de hierro forjado de la entrada tendréis acceso a uno de los jardines más elegantes de la ciudad, repleto de elementos arquitectónicos entre los que pasear es un placer para los sentidos.

Del gran estanque parten los caminos que llevan al Palacio y a dos obras de Antonio Gaudí: una pérgola y la fuente de Hércules, situada en un bosquecillo de bambúes. Pero antes de llegar, encontrareis bancos semi escondidos entre la exuberante vegetación, lo que le da un aire sombrío que invita a la intimidad.

Delante de la plaza central del Palacio se construyó un auditorio al aire libre que, cada verano, acoge el «Festival Jardín de Pedralbes», un acontecimiento musical en el que participan artistas de renombre y que puede convertir vuestra visita en una velada muy romántica.

En el distrito de Horta-Guinardó, se ubica el jardín más antiguo y uno de los más románticos de la ciudad: el Parque del Laberinto de Horta.

Empezó siendo un jardín de estilo neoclásico en el siglo XVIII, pero se transformó en romántico en el XIX. Su mayor atracción es el laberinto vegetal, construido a base de cipreses. Es un lugar que invita a perderse entre sus caminos, jugar al escondite y encontrarse en el centro junto a la estatua de Eros, el dios del amor. Dominando el laberinto, veréis el pabellón neoclásico con su gran estanque y el canal romántico, que una vez fue navegable y en el que hoy en día podéis contemplar algunos cisnes.

El parque está apartado del bullicio del centro y en todo él se respira calma y tranquilidad. Está plagado de bonitos rincones escondidos donde pasar un rato en soledad el uno al lado del otro, con el sonido del arroyo de fondo.

Si buscáis un espacio tranquilo pero no demasiado alejado del centro de la ciudad, nada mejor que visitar el Parque de la Ciutadella, que comparte espacio con el zoológico. Aquí podréis dar un romántico paseo en barca, disfrutar de un relajante picnic sobre la hierba o rodearse de flores y plantas exóticas en el Umbracle.

La Ciutadella cuenta con varios ejemplares de árboles centenarios y más de cien especies de pájaros. Se le considera un museo al aire libre gracias a su gran cascada monumental y las esculturas que hay diseminadas por el parque.

VISITANDO CIUTAT VELLA

El distrito de Ciutat Vella (a casco antiguo) es, posiblemente, el más turístico de Barcelona y el que contiene gran parte del patrimonio histórico y cultural, además de las principales zonas de ocio, restauración y comercio.

Posee una de las zonas con más encanto: el Barrio Gótico, donde encontraréis la plaza de Sant Jaume, sede del Ayuntamiento y del Palau de la Generalitat; el Museo de Historia de Barcelona y su espectacular yacimiento arqueológico que no os podéis perder; o el antiguo barrio judío, cuyas calles os enamorarán.

Por otro lado, en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera podréis visitar una de las zonas más famosas de la ciudad: el Born. Pasear por su entramado de callejuelas es como viajar a la época medieval. Lo sorprendente es que te olvidas de todo el ruido del tránsito y desconectas casi de la realidad.

Es en este barrio donde se ubica la famosa catedral de Santa María del Mar, además de un gran número de museos, la mayoría aprovechando los palacios y edificios históricos. Algunos de ellos son el Museo Picasso, el Museo del Chocolate, el Museo del Mamut o el Museo Europeo de Arte Moderno.

LA MONTAÑA DE MONTJUÏC

Si hay una zona en Barcelona que acapara todas las facetas de la oferta turística es, sin duda, la montaña de Montjïc. Teatros, museos, edificios históricos, instalaciones deportivas y de ocio, jardines y miradores, es todo lo que puedes encontrar en este lugar.

La montaña fue la sede de la Exposición Internacional que se celebró en 1929 en la Ciudad Condal. El acontecimiento dio lugar a una remodelación de Montjuïc y sus alrededores, en la que se construyeron edificios que perduraron en el tiempo y que actualmente son emblemas de Barcelona. Es el caso del Estadio Olímpico, el Pueblo Español, el Palacio Nacional, la Font Mágica o el Teatre Grec.

Entre los muchos planes que podéis hacer en pareja por aquí, está el disfrutar del laberinto de caminos que recorren la montaña, a pie o en bicicleta. Rodeados de vegetación y algún que otro parque, os parecerá estar en cualquier otro lugar del planeta.

Al llegar al punto más alto, os encontraréis con el mirador del Castillo de Montjuïc, uno de los más espectaculares, ya que ofrece una panorámica de 360° de la ciudad. Si queréis ahorrar energías, podéis subir en tren, autobús o teleférico.

En esta fortaleza del siglo XVII, en la que abunda la vegetación, las esculturas y las fuentes, tienen lugar exposiciones temporales y otros actos sociales y culturales.

Si lo visitáis en verano, se os presenta una ocasión para pasar una velada diferente disfrutando del cine al aire libre.

Otro de los puestos de observación se encuentra en los Jardines de Miramar, al que  accederéis subiendo por el Poble Sec. Como su nombre indica, el mirador está encarado hacia el mar y desde él contemplaréis unas bonitas vistas del puerto.

Antes de bajar, podéis reponer fuerzas haciendo una parada en el bar.

Montjuïc también propone a sus turistas disfrutar de la arquitectura, la gastronomía y la artesanía en un mismo recinto: el Pueblo Español.

Se trata de un conjunto de ciento diecisiete edificios a escala real, con sus plazas y calles, de treinta y tres regiones de la península. Todos ellos representan la esencia de la cultura y las tradiciones españolas.

Os lo pasaréis en grande contemplando cómo trabajan los artesanos en sus talleres, visitando un auténtico pueblo andaluz y su tablao flamenco, recorriendo un pedazo del Camino de Santiago y degustando las diversas especialidades gastronómicas que sirven en los restaurantes y terrazas.

Y para finalizar estas propuestas para parejas en Montjuïc, nada mejor que acabar el día a los pies del Palacio Nacional, sede del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Sentados en la enorme escalinata orientada hacia la Avenida María Cristina, os espera uno de los espectáculos más bonitos y difíciles de olvidar que ofrece la ciudad de Barcelona. Durante una hora, la Font Mágica (o Fuente de Montjuïc), hipnotiza a todos con sus coloridas coreografías de luces, agua y música. Sin duda, es el momento ideal para desconectar y sentir que no hay nadie más a vuestro alrededor.

PROPUESTAS PARA SORPRENDER A TU PAREJA

La Ciudad Condal cuenta con muchos sitios románticos para visitar en pareja, algunos de ellos poco conocidos por los turistas. Es el caso del Turó de la Rovira, también conocido como las bunkers del Carmelo. Se trata de una colina de poco más de 260 metros de altitud a la que suben las parejas, a pesar de lo que cuesta recorrer un camino tan empinado. Pero el esfuerzo vale la pena. En ningún otro sitio contemplaréis un hermoso atardecer en una casi total intimidad.

Si os gusta todo lo relacionado con la astronomía, sorprende a tu pareja con una noche romántica en el Observatorio Fabra. Situado en la montaña del Tibidabo, este observatorio astronómico organiza sesiones guiadas para contemplar los planetas y el sistema solar. Pero, además, en verano, podéis disfrutar de las «Cenas con estrellas». Es toda una experiencia que combina una cena al aire libre con una visita al observatorio y que acaba con la observación de estrellas y constelaciones.

¿Buscáis una experiencia más íntima y relajante? Entonces debéis acudir a un spa. Entre los muchos existentes, Aire de Barcelona es ideal para parejas. Fue construido en el centro de la ciudad aprovechando, y conservando, la arquitectura de los antiguos baños romanos. Es un espacio donde predomina la calidez y la calma, todo bañado con una tenue luz envolvente.

Disfrutad en las piscinas de diferentes temperaturas, el baño de vapor y el jacuzzi. Mientras esperáis a que llegue el masaje relajante, podéis tomar un té árabe sentados en bancos de mármol caliente. Acabaréis esta actividad pensada para estimular los sentidos, con una copa de cava y unas brochetas de frutas.

Es una experiencia en pareja que no os podéis perder.

Si planeáis una escapada romántica o disponéis de unos días de vacaciones, visitad Barcelona. Os enamorará.

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