Histórica capital del condado del Rosellón, Perpignan ha sido durante muchos años objeto de rivalidades entre Francia y España. De hecho es también conocida como la Perpiñán catalana porque fue capital de la Cataluña francesa desde el siglo X hasta mediados del XVII.
El centro de la ciudad, lo más bonito, es la ciudadela del siglo XVIII que se conserva prácticamente intacta. Aquí se concentran los principales monumentos y museos entre los que destacan la Catedral gótica de San Juan Bautista, no hay que perderse los retablos de su interior de gran belleza. Cerca de la Catedral podemos visitar un claustro cementerio único en Francia compuesto por galerías y pórticos góticos de mármol blanco.
En lo alto de la colina Puig del Rei se encuentra el Castillo de los Reyes de Mallorca, del siglo XIII donde destaca la capilla de dos alturas de mármol rojo y blanco, el patio de honor y la conocida como Gran Sala de Mallorca.
Además de su riqueza cultural en Perpignan también destaca su buenísima gastronomía fruto de la combinación de la cuidada cocina francesa con la sabrosa cocina catalana y por supuesto de sus buenos vinos.