Frigiliana, representación de un pasado morisco

Situada sobre la vertiente sur de la bonita sierra de Almijara, Frigiliana ofrece vistas panorámicas inigualables y dominando el poblado los restos de un antiguo castillo árabe cuya construcción es anterior al siglo XI.

Frigiliana está a pocos kilómetros de Nerja y su pequeña población de poco más de dos mil habitantes la hacen una ciudad cálida, acogedora e intimista.

Pintorescas casas de fachadas blancas, adornadas con flores multicolores, aires de un pasado morisco por doquier, dan la bienvenida a los visitantes que se acercan a este hermoso poblado perteneciente a La Axarquía.

Dar un paseo por Frigiliana es descubrir una manera de vivir totalmente distinta a la de las grandes y ruidosas ciudades. Escaleras diseñadas para el paso de caballerías, senderos, cultivos en bancales, verdes olivos y terrazas al sol.

En sus calles artesanías de esparto, mimbre y cerámica conviven con un pasado que se representa en doce paneles cerámicos que cuenta la trágica historia de la batalla en el Peñón de Frigiliana.

Su casco antiguo conocido popularmente como el “barribarto”, es una estampa de calles estrechas, pulcras y coloridas con flores, casas blancas con techos naranja y tiendas que ofrecen sus tradicionales productos incluyendo una deliciosa miel.

Los famosos paneles de cerámica narran la vida de la comarca y de una convivencia que acabó de forma violenta en 1569. Por ello, es imposible no recorrerlos uno a uno para entender el pasado de esta villa, que en algunos aspectos parece haberse detenido en el tiempo e invitar al viajero a imaginar la vida diaria de sus antiguos pobladores, siempre pendientes del ganado y los cultivos que representaban su sustento.

El barribarto conserva intacto su pasado morisco cuando éstos habitaban la región, con el tiempo y las desavenencias se prohibió hablar la lengua común por esta zona, el algarabí, como también quedaron vedadas de cultivar determinadas costumbres y hábitos culturales.

Fue así que Frigiliana fue el lugar elegido por los moriscos que huyeren de la Alpujarra y del poblado de los Velez para refugiarse allí, ignorando que se produciría en poco tiempo una sangrienta batalla donde más de dos millares de moriscos morirían, dejando sus mujeres y niños que apresados,  fueron luego vendidos como esclavos. Un episodio que llenó de dolor tanto a moriscos como a cristianos. Y un suceso tan marcante que en la actualidad se rememora el día en el día de San Antonio esta cruel batalla.

Los paneles cerámicos que representan esta historia tienen su fondo blanco marfil, y se destacan los verdes, marrones y el negro, utilizándose sólo en uno de ellos el color rojo representativo de la bandera morisca.

Luego de este recorrido por una parte de su historia, para relajarse y descansar nada mejor que beber su exquisito vino dulce, producido en una zona rica en miel y productos frutícolas y disfrutar de algún plato típico de la región.

La región de La Axarquía puede recorrerse por caminos variados pero un buen comienzo de ruta puede ser el bello y tranquilo poblado de Frigiliana.

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