Los pequeños pueblos que se encuentran en la Sierra de Madrid son sitios de increíble belleza y es un placer recorrerlos.
Precisamente hoy iremos a uno de esos bonitos poblados, su nombre Alameda del Valle, enclavado en la Sierra Norte de Madrid y en el mismo corazón del Valle del Lozoya.
Su nombre deriva del hecho que en la región existen un gran número de álamos y si damos un paseo por las cercanías del pueblo hallaremos zonas colmadas no sólo de estos estilizados árboles, sino también de chopos y fresnos, encinas y hasta algunas zarzas y olmos. Y si vamos un poco más camino a las montañas que rodean Alameda del Valle encontraremos pinos silvestres, en un paisaje de distintos tonos de verde que es un deleite para los ojos.
Alameda del Valle es un típico pueblo rural netamente agropecuario, con calles de trazado irregular y pueden verse en él aún hoy, gran cantidad de viviendas serranas autóctonas, construcciones de piedra muchas de ellas de los siglos XVIII y XIX.
Ideal para una escapada de fin de semana disfrutando del bello paisaje que lesirve de marco a un pueblo enclavado entre montañas, y que nos permite deleitarnos con hermosos paisajes desde las cumbres hasta el valle, caminar por sus prados y bosques enriquecidos por una flora y fauna fantásticas.
Este es un sitio magnífico para quienes gustan de la observación de aves. Aquí hallarán algunas especies rapaces como el buitre negro, el águila real y otras más pequeñas que sólo habitan esta zona.
Ya en la parte de la ribera del río Lozoya, conocida como el bosque de galería, por albergar una bonita vegetación compuesta en su mayoría por sauces, chopos y fresnos pueden verse el gracioso martín pescador, los astutos mirlos, además de una gran diversidad de patos, cigüeñas blancas y garzas reales.
Si decidimos hacer una caminata más extensa, podemos subir por las laderas de la montaña y para sorprendernos con el encanto del bosque de rebollos, un roble que es muy abundante en toda la sierra y si llegamos al sitio llamado “mejolar” de seguro saldrán a nuestro paso pequeñas aves como el herrerillo capuchino, el ratonero común, el pinzón y el pintoresco arrendajos.
Volviendo al casco de la ciudad una merecida visita a la Iglesia de Santa Marina, cuya construcción comenzó en el siglo XVI. Se trata de un antiguo pero bien conservado edificio de planta rectangular que posee una sola nave, teniendo como destaque especial su belleza y amplitud interior, donde además se encuentran las imágenes de Santa Marina y Santa Ana del siglo XIII. También son estupendos los trabajos de relieves en las puertas de acceso
Unos 3 kilómetros al sur de la ciudad hallaremos rodeada de un hermoso paisaje la Ermita de Santa Ana, fue levantada aquí en el siglo XIX. En ella son de destacar su reloj con campana una verdadera obra de arte.
Todos los años a finales de julio se realiza una procesión y la virgen es llevada hasta la Ermita de Santa Ana, haciéndose luego una verbena, con baile, comida y hasta juegos para los más pequeños.
El monumento al hombre de campo es todo un emblema de esta población, se trata de una escultura de estilo moderno, que tiene un verso de Vicente Aleixandre dedicado a los hombres y mujeres del campo.
Senderismo, rutas en bicicleta o a caballo, en temporada suele realizarse una divertida recogida de setas y frutos silvestres. Además, al ser una ciudad muy cercana a las pistas de Ski de fondo de Navafría y de Valdesquí, en el Puerto de Cotos, nos brinda la posibilidad de hacernos una escapada hasta alguna de ellas y disfrutar de la nieve en el invierno o de las bonitas vistas en el verano.
Por otra parte, es una ciudad donde puede encontrarse fácilmente alojamiento y restaurantes donde deleitarse con comidas tradicionales y típicas de la montaña.
Alameda del Valle es excelente para disfrutar con la familia, también con amigos y por supuesto se perfila como un fin de semana romántico para quienes decidan hacer este viaje con su pareja.
